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¡Mi mascota se rasca!… ¿Qué tratamientos existen?

Tras explicar qué es una alergia, porqué se produce, cuáles son las más frecuentes, etc. en el artículo anterior queremos informaros de las opciones terapéuticas que existen en la actualidad. El objetivo de este artículo es detallar todos los fármacos disponibles y las ventajas e inconvenientes de su uso.

¿Cómo se trata la alergia? Propuestas de tratamiento.

Los tratamientos de alergia son SIEMPRE individualizados y dependerán de factores como: gravedad del cuadro clínico, época del año en que se manifiestan o empeoran los síntomas, duración de los mismos, edad de aparición, etc.

La piel atópica se caracteriza por una alteración en su función de barrera, con una elevada tasa de pérdida de agua transepidérmica, una disminución en la capacidad de retención de la misma en la epidermis, una menor cantidad de lípidos y ceramidas intraepidérmicas y cambios en la expresión de queratinas y proteínas estructurales, entre ellas la filagrina, que tiene un importante papel en la conformación de la envoltura cornificada y en la humectación de la piel. Todos estos factores provocan una piel seca y pruriginosa que precisa una higiene cuidadosa y la aplicación frecuente de emolientes e hidratantes. Así mismo, llega a alterarse la barrera defensiva de la piel, lo que favorece la penetración de los alérgenos.

Por ello, enumeramos las opciones de tratamiento existentes en la actualidad:

1-Medidas generales.

Debemos efectuar algunas medidas generales de control, dependiendo de la naturaleza del alérgeno ofensivo, con el objetivo de mejorar la sintomatología del animal. Así, para los ácaros del polvo es recomendable realizar aspirados especiales de la casa, mantener las habitaciones bien ventiladas, reducir la humedad, emplear aerosoles acaricidas, evitar tener en la habitación objetos susceptibles de almacenar polvo (alfombras, mantas, cortinas), etc.

Para reducir el contacto con los pólenes podemos realizar cambios de residencia, utilizar aire acondicionado con filtros, reducir los paseos a las horas de mayor índice polínico en el ambiente (entre 7-10 a.m. y 8-10 p.m.), evitar el contacto con el césped recién cortado, lavar las patas de los perros después del último paseo del día, etc.

Un control estricto mensual de las pulgas en el animal y su ambiente, es indispensable para mejorar los síntomas de la enfermedad.

Debido a que alrededor de un 13% de perros con dermatitis atópica presentan simultáneamente alergia alimentaria, será necesario someter a todos los pacientes con dermatitis atópica a una dieta hipoalergénica estricta, un mínimo de ocho semanas, para descartar una posible alergia a los alimentos

2-Champú-terapia.

Tiene como objetivo disminuir la carga de alérgenos en la piel y en el pelo, a la par que hidratar y calmar la piel, eliminando los restos de descamación que produce la misma.

3-Ácidos Grasos (en forma de pipetas o cápsulas de administración oral).

Con el fin de mejorar la barrera cutánea, se han comercializado recientemente nuevas moléculas de aplicación tópica como la fitoesfingosina o los ácidos grasos, en forma de microemulsiones o de spot on.

Debemos tener en cuenta que en brotes agudos no son efectivos dado que su eficacia se demuestra a las tres semanas de iniciar su administración (aproximadamente). Su uso junto con los glucocorticoides, permite disminuir la dosis que administramos.

4-Fármacos antiinflamatorios/antipruríticos.

• Glucocorticoides tópicos: Actúan reduciendo la inflamación y disminuyendo el prurito, el rascado y la irritación cutánea. Suelen aplicarse cuando la inflamación está localizada en zonas cutáneas relativamente exentas de pelo. Son baratos y muy eficaces pero están asociados a numerosos efectos secundarios.

• Glucocorticoides orales: Son muy eficaces, pero deben emplearse con cuidado y generalmente durante periodos cortos. Su utilización a largo plazo produce numerosos efectos secundarios: poliuria (mayor ingesta de agua), polidipsia (mayor producción de orina), polifagia (aumento del apetito y de la ingesta de alimento), aumento de peso, trastornos gastrointestinales, infección urinaria, problemas hormonales (Diabetes Mellitus, Síndrome de Cushing,) etc.

• Ciclosporina: Es un inhibidor de la calcineurina, que ha mostrado una eficacia similar a la de la prednisona (glucocorticoide) oral en el tratamiento de la dermatitis atópica. La mejoría se produce gradualmente y suele comenzar al cabo de dos o tres semanas de la administración. Si a las cuatro semanas la ciclosporina ha mostrado su eficacia, progresivamente se va reduciendo la dosis, en un periodo de varias semanas, hasta alcanzar la mínima dosis requerida, capaz de controlar la enfermedad.

• Antihistamínicos: En una amplia revisión de estudios clínicos realizados, se concluyó que los antihistamínicos de primera generación tienen una eficacia media en el control del prurito. Por ello, no son utilizados como primera elección. Sus efectos secundarios son infrecuentes y están relacionados con la somnolencia y trastornos gastrointestinales.

• Ácidos grasos omega 3 y omega 6: Estudios recientes han demostrado que dietas de alta calidad enriquecidas con ácidos grasos esenciales son beneficiosas en la dermatitis atópica. Este hecho puede deberse a la actividad antiinflamatoria de los ácidos grasos o a una mejoría de la barrera cutánea.

5- Inmunoterapia.

La inmunoterapia específica consiste en la administración gradual, vía subcutánea, de dosis crecientes de extractos alergénicos a un paciente diagnosticado, con el fin de reducir su sensibilidad a dichos alérgenos y mejorar su sintomatología originada por la exposición a los mismos.

La inmunoterapia se formula teniendo en cuenta la historia clínica del animal y los resultados de sus analíticas, por lo tanto SIEMPRE son TRATAMIENTOS PERSONALIZADOS (determinación de IgE sérica específica).

Entre los factores que intervienen en la eficacia de la inmunoterapia, debemos destacar: el animal alérgico (cada paciente es diferente), el método de identificación y selección de los alérgenos, el protocolo empleado (dosis de inducción y mantenimiento, frecuencia de administración, concentración de los alérgenos, etc.), método de diagnóstico correcto, fuente de alérgenos (calidad), duración, seguimiento del paciente y control de problemas dermatológicos asociados.

Una vez instaurada la inmunoterapia será necesario un periodo de 12 meses para evaluar su eficacia. Si después de un año de tratamiento hay una disminución o desaparición de los signos clínicos, se debe mantener la vacunación durante, al menos, 3 o 4 años más. Algunos animales precisan de inmunoterapia de por vida.

Los efectos adversos son infrecuentes. A veces se produce una pequeña reacción en el punto de inyección. En otros casos, hay un incremento del prurito local o general. Las reacciones sistémicas (inferior al 1% de los pacientes) incluyen adelgazamiento, somnolencia, decaimiento, trastornos digestivos, urticaria/angioedema y anafilaxia.

Explicar las alergias, atopias e intolerancias alimentarias en un artículo, es muy difícil, por ello os recomendamos que os acerquéis a la clínica. Así podremos resolver vuestras dudas y plantear un tratamiento eficaz para el problema de vuestra mascota.

¡Muchas gracias por estar al otro lado!

Un abrazo,

El equipo de medicina veterinaria de Gous Gorraiz

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